Riberas
Todas las islas están surcadas por “riberas”, sin embargo ninguna de ellas está alimentada por manantiales perennes. Las riberas son resultado de las lluvias, que van erosionando el relieve y devolviendo el agua al mar. Algunas desembocan en valles, en los que han ido depositando aluviones, que han dado origen a las mejores tierras de cultivo, particularmente en las islas de Santiago (Principal, Flamengos, Santa Cruz), Santo Antão (Grande, Torre, Paul) y S. Nicolau (Ribeira Brava). Además de potenciar la agricultura, las riberas desempeñan asimismo un importante papel en la accesibilidad entre el interior y el mar, extendiéndose en ocasiones durante largos kilómetros de sedimento mineral plano y casi siempre seco, funcionando de este modo como carreteras.
Cabo Verde desarrolló, tras la independencia, un amplio programa de construcción de pequeñas presas para los torrentes de las lluvias en el declive de las riberas, como forma de fijar las aguas pluviales, con resultados interesantes. En 2006 se finalizó, en Ribeira de Poilão (en S. Lourenço dos Órgãos, Isla de Santiago), una presa de tamaño medio para aprovechamiento agrícola, con una capacidad de 671.000 m³, y se anuncia la construcción de otras, tanto en Santiago, como en Santo Antão.
Todas las islas están surcadas por “riberas”, sin embargo ninguna de ellas está alimentada por manantiales perennes. Las riberas son resultado de las lluvias, que van erosionando el relieve y devolviendo el agua al mar. Algunas desembocan en valles, en los que han ido depositando aluviones, que han dado origen a las mejores tierras de cultivo, particularmente en las islas de Santiago (Principal, Flamengos, Santa Cruz), Santo Antão (Grande, Torre, Paul) y S. Nicolau (Ribeira Brava). Además de potenciar la agricultura, las riberas desempeñan asimismo un importante papel en la accesibilidad entre el interior y el mar, extendiéndose en ocasiones durante largos kilómetros de sedimento mineral plano y casi siempre seco, funcionando de este modo como carreteras.
Cabo Verde desarrolló, tras la independencia, un amplio programa de construcción de pequeñas presas para los torrentes de las lluvias en el declive de las riberas, como forma de fijar las aguas pluviales, con resultados interesantes. En 2006 se finalizó, en Ribeira de Poilão (en S. Lourenço dos Órgãos, Isla de Santiago), una presa de tamaño medio para aprovechamiento agrícola, con una capacidad de 671.000 m³, y se anuncia la construcción de otras, tanto en Santiago, como en Santo Antão.
Armando Ferreira